miércoles, 20 de noviembre de 2013

Novela Contemporánea "Rosas sin Espinas" de Nora Roberts


Hola de nuevo!!
Como veis ya he comenzadocon el nuevo horario y hoy, miércoles continuamos con una serie que la teníamos  algo olvidada como es la tetralogía "Cuatro Bodas" de Nora Roberts.
Os vuelvo a poner la lista:
01 - Álbum de Boda (Vision in white)
02 - Rosa sin Espinas (Bed of Rosas)
03 - Sabor a Ti (Savor the moment)
04 - Para Siempre (Happy ever After)
—Esta semana andamos como locas —aclaró Emma—. Tenemos un acto externo entre semana y cuatro celebraciones más durante el fin de semana. La boda del domingo va a ser bárbara, en el buen sentido de la palabra. —Dejó en el suelo la caja y le indicó a Jack con un gesto dónde debía poner su cubo—. Ahora necesito…
Jack la cogió en brazos y la levantó del suelo con un movimiento rápido. Emma se agarró a su nuca en un acto instintivo y reflejo y reclamó su boca.
El exuberante y salvaje perfume de las flores impregnaba el aire con la misma intensidad con que su cuerpo rebosaba de necesidad y de placer. Notó que por sus venas corría el ansia y la premura.
«Le daré algo más que un bocado —pensó—, y pienso demorarme. Quiero saborear a este hombre sorbo a sorbo.»
—¿Esta puerta cierra por dentro?
Emma ensortijó los dedos en su pelo y lo atrajo hacia su boca.
—¿Qué puerta?
—Emma, no puedo más. Déjame…
—Ah, esa puerta. No. Espera. A la porra. Dame otro. —Lo cogió por las mejillas y se entregó al beso, al perfume, al ansia. Y después se separó de él—. No podemos. Tink está aquí y… —A su pesar, suspiró y echó un vistazo alrededor—. Además, no tenemos espacio
.
Sinopsis

Desde que era una niña, Emma Grant ha sido una romántica empedernida. Así que no es de extrañar que haya hecho de su vocación el encargarse de todos los arreglos florales que una boda conlleva. Cada día, se pone manos a la obra con sus flores y tiene como compañeras a sus tres mejores amigas. Desde luego no podría tener un trabajo mejor.

En apariencia, la vida amorosa de Emma va viento en popa. Esbelta y seductora, cada vez que entra en una habitación la llena de color, tal y como lo hacen sus arreglos. Pero aunque no le faltan hombres a su alrededor, todavía no ha encontrado a Míster Perfecto. Y el último lugar donde espera encontrárselo es debajo de sus narices.

Y ahí es precisamente donde está Jack Cooke, que ha sido el mejor amigo del hermano de su compañera Parker durante años, lo que prácticamente le convierte en familia. Pero este arquitecto ha empezado a darse cuenta de que sus sentimientos por Emma se han transformado en algo más que simple amistad. Así que cuando Emma corresponde a su pasión –con besos abrasadores– las cosas empiezan a complicarse…

Jack huye del compromiso y Emma quiere un amor que dure toda la vida. Si ambos esperan encontrar un punto intermedio a estas dos posturas tan dispares, tienen que empezar a confiar en su relación... y en sus corazones.

Mi Opinión
Esta es la segunda parte de la serie y la historia lleva un camino muy similar al anterior.
La historia sigue siendo sencilla, sin grandes complicaciones.
Personalmente, algo que me pasa con esta serie, es que me cuesta engancharme, en cada uno de los libros el principio se me hace pesado y me cuesta algo continuarlos, aunque como digo, es una opinión personal (De ahí que nunca llame a estas líneas "crítica" sino una simple opinión mía).

Pero entremos en la historia; por un lado tenemos a Emma, la pasionada por las flores en este cuarteto, una chica extrovertida, divertida, una romántica de los pies a la cabeza pero que sabe aprovechar el momento sin tomarse las relaciones demasiado en serio.
Como vemos, su personalidad no tiene nada que ver con Mac, nuestra protagonista anterior.
Y por otro lado, tenemos a Jack, un arquitecto y mejor amigo de Del (El hermano de Parker), siente auténtico pánico al compromiso, es el típico mujeriego, al que le gusta disfrutar y pasarlo bien con las mujeres... siempre y cuando estas no interfieran su intimidad.

Ambos, ya se conocen desde hace años y poco a poco se dan cuenta de que, desde siempre, ambos han sentido algo más que amistad el uno por el otro y que, a pesar de creer conocerse, descubren que aún quedan muchas cosas más por descubrir.
Por eso, deciden comenzar una relación, algo caótica pues no tienen demasiado tiempo para estar juntos pero harán lo que sea para buscar momentos a solas. Eso sí, acuerdan que si algo no funciona y terminan la relación, esa amistad que tenían (y que siguen manteniendo) seguirá.
 — [...] somos amigos. Porque somos amigos, ¿verdad, Jack?
—Somos amigos, Emma.
—En primer lugar, creo que los amigos tendrían que decirse la verdad. Ser sinceros. Si tras esta noche nos damos cuenta de que no ha ido como esperábamos, o si alguno de los dos siente que sí, ha estado bien, pero la historia se ha acabado, tendríamos que ser capaces de decirlo. Sin resentimientos.
Razonable, directa, sin trampa ni cartón. Perfecta.
—Por mí, ningún inconveniente.
—En segundo lugar, tendremos que seguir siendo amigos. —Emma lo observaba y, mientras hablaba, la preocupación asomaba a sus palabras—. Es lo más importante. Pase lo que pase, salga como salga, hemos de prometernos que continuaremos siendo amigos. No solo por el bien de los dos, sino por el de todos nuestros amigos. Aunque digamos que solo se trata de sexo, Jack, el sexo no es una tontería. O no tendría que serlo. Tú y yo nos gustamos. Nos importamos. Y no quiero que eso cambie por nada del mundo.
Jack le acarició el pelo.
—¿Juramento de sangre o palabra de honor? —preguntó haciéndole reír—. Te lo prometo, Emma, porque tienes razón. Amigos. —Se inclinó para besarla en ambas mejillas y luego le rozó los labios con la boca.
Son dos personas con identidades muy diferentes: Emma romántica, e idealista. Jack, realista y bastante menos romántico.
Pero que consiguen hacerte pasar muy buenos y divertidos momentos.

A lo largo del libro, como en todos, hay cosas que te gustan más y otras menos.
Por ejemplo, en el momento de la GRAN discusión (Siempre hay una para que después los protagonistas puedan reconciliarse como toca) me parece algo exagerada, el motivo es bastante tonto, la verdad y la situación y discusión se les va de las manos.
—He metido la pata, ¿verdad?
—He tenido un día de perros, eso es todo.
—Y yo he acabado de rematarlo, claro.
—Sí. No. —Jack se presionó los dedos contra las sienes como si intentara perforárselas—. He tenido un día muy malo. Solo necesito calmarme un poco. Tendrías que haber llamado si querías… preparar algo así.
Sin pensarlo, y por la fuerza de la costumbre, Jack tomó el juego de llaves de repuesto y se lo guardó en el bolsillo. Fue como si la hubiera abofeteado.
—No te preocupes, Jack. No he metido nada mío en el armario ni en los cajones. El cepillo de dientes sigue en mi bolsa.
—¿De qué diablos estás hablando?
—Mi allanamiento de morada solo ha llegado hasta la cocina, y no volverá a suceder. No he salido corriendo a hacer una copia de tus valiosas llaves, y espero que no le riñas a Michelle por habérmelas dado.
—Emma, dame un respiro.
—¿Dices que te dé un respiro? ¿Tienes idea de lo humillante que ha sido tener que decirle que no tenía llave, saber que llevamos acostándonos desde abril y que no soy digna de tu confianza?
—Esto no tiene nada que ver con la confianza. Yo nunca…
—Mientes más que hablas, Jack. Mientes. Cuando me quedo en tu casa, cosa rara, porque es tu espacio particular, tengo que andar con tiento para no olvidar ni una sola horquilla, porque, ¡oh, desgracia!, ¿qué pasaría entonces? ¿Se dejará esta mujer el cepillo del pelo, olvidará una blusa…? Cuidado, porque puede pasar que, en menos de lo que canta un gallo, me sienta muy a gustito en tu casa.
—Me alegra que te sientas a gusto, no seas tonta. No quiero pelearme contigo.
—Mala suerte, porque yo sí ando buscando pelea. Te has enojado porque he venido a invadir tu espacio y he actuado como si estuviera en mi propia casa. Tu actitud me indica que estoy perdiendo el tiempo, que mis sentimientos han caído en saco roto, y yo merezco más que eso.
[...]
—Esto no va a funcionar si prepararte la cena significa que estoy cometiendo un delito. —Emma agarró la bandeja de vieiras y la estrelló contra el fregadero con un estrépito de loza rota.
—Bueno, ya vale.
—No, ya vale no. —Emma giró sobre sí misma y lo empujó con ambas manos mientras unas lágrimas de rabia y decepción le nublaban los ojos y le quebraban la voz—. No voy a conformarme con menos. Te quiero, y quiero que me quieras. Quiero pasar el resto de mi vida contigo. Casarme, tener niños, un futuro… Y esto… con esto no tengo bastante, ni mucho menos. Ha resultado que tú tenías razón, Jack. Tenías toda la razón del mundo. Dales un dedo y se tomarán el brazo entero.
—¿Qué?, ¿cómo…? Espera.
—No te preocupes, no hace falta que salgas huyendo. Yo soy la única responsable de mis sentimientos, de mis necesidades y elecciones. Y aquí acaba todo. Hemos terminado.
Por otro lado, tenemos la relación que une a estas cuatro chicas a las que se les va sumando los protagonistas masculinos (Carter y Jack de momento). Me parecen bastante interesantes, con conversaciones amenas, muy entretenidas y divertidas, dándonos a entender la GRAN amistad, casi fraternidad, de estas personas.
—Hola, Em. ¿Puedes arreglarme un par de…? —Laurel se detuvo en seco y arqueó las cejas al ver la sala—. Tienes una cita. Tienes una cita sexual.
—¿Qué? ¿A ti qué te pasa? ¿De dónde sacas que…?
—¿Cuánto tiempo hace que te conozco? ¿Desde siempre? Has puesto velas nuevas, y suena música para los prolegómenos.
—Pongo velas nuevas continuamente, y además resulta que me gusta esta música.
—Déjame ver la ropa interior que llevas puesta. -Emma ahogó una carcajada.-
—No. ¿Qué querías que te arreglara?
—Eso puede esperar. Te apuesto veinte dólares a que llevas ropa interior sexy. —Laurel se acercó a ella con decisión y empezó a tirar de su vestido… hasta que su amiga la paró de un manotazo.
—Basta, quieta.
—Te has dado un baño de espuma en plan «Esta es la noche» —dijo Laurel olisqueándola—. Se huele de lejos.
—¿Y qué? Tengo citas a menudo. Y a veces son sexuales. Soy una mujer adulta. No es culpa mía que no hayas practicado el sexo desde hace seis meses.
—Cinco meses, dos semanas y tres días. Y eso que no lo cuento. —Laurel se quedó callada, y entonces suspiró profundamente—. Tienes una cita sexual con Jack.
—Basta. ¿Quieres parar? Me va a dar un telele.
—¿Cuándo llega? ¿Cuál es el plan?
—Pronto, y el plan, todavía lo estoy montando. Lo que te aseguro es que tú no estás incluida. En absoluto. Así que largo. -Sin hacer caso de la orden, Laurel se cruzó de brazos.-
—¿Vas con la lencería blanca en plan «soy una niña buena, aunque puedo ser mala» o con la negra de «esto es lo único que llevo, arráncamelo, grandullón»? Necesito saberlo.
Emma alzó la vista al cielo.
—Llevo el conjunto rojo con rosas negras.
—Voy a llamar a urgencias. Si mañana sigues entera, ¿podrás prepararme tres mini arreglos? Una combinación primaveral. Tengo una consulta y unas florecillas de primavera darán el tono que creo que desea la clienta.
—Claro. Vete a casa.
—Ya me voy, ya me voy.
Además, por supuesto, podemos seguir viendo más sobre la relación de Mac y Carter que sigue avanzando.
Por lo que, si os gustan los libros románticos y entretenidos seguro que os gustará "Rosas sin espinas".
En total, y ya que sigue en la misma línea que el anterior, le doy un 3/5


Como siempre, si queréis este libro, perdírmelo y os lo mandaré.

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